ORGANIZACIÓN, ORGANIZACIÓN, ORGANIZACIÓN...

Primero: Suelo preparar el material con el que me gusta trabajar. No es nada complicado, pero si no tengo todo lo que preveo que voy a necesitar, suelo bloquearme. Así que, lo primero que hago es comprar:

- Lápices con goma arriba

- Bolígrafos de cuatro tintas (aunque parezca una tontería, me evita tener encima de la mesa un montón de bolígrafos con diferentes tintas)

- Subrayadores fosforescentes de cera (los que no se secan y permiten subrayar en todas las posiciones)

- Una libreta pequeña (de las que se abren en vertical) para tomar notas fuera del despacho, o en los viajes. Otra libreta tamaño DIN-A4 (también de las que se abren en vertical), que utilizo cuando empiezo a componer piezas.

- Una moleskine pequeña que me sirve de diario del viaje (ahí voy apuntando dónde he estado, que he comido, los lugres y archivos que he visitado...)

- Una caja de clips, dos pinzas grandes y dos medianas, para papeles.

- Gomas elásticas para agrupar algunos documentos voluminosos

- Dos carpeta de fundas dónde voy organizando todos los documentos

- Tres archivadores revistero, que utilizo para guardar todo lo que voy recopilando y que no se me extravíe entre la montaña de papeles y documentos que voy acumulando.

- Una caja de papel blanco para impresora

- Una caja de papel reciclado

- Un paquete de hojas de colores (por si quiero imprimir algo que necesito destacar)

- Tres rotuladores verdes, y tres rojos, para las correcciones.

- Cinco paquetes de Pos It grandes (cada uno de un color) cinco pequeños, y otros cinco para señalar

Segundo: Hago una puesta a punto del despacho (generalmente cuando he terminado un trabajo, el despacho queda bastante perjudicado) Me preocupo de que todo lo antiguo quede bien archivado, vacío la cubeta de “cosas para hacer”, e intento quedarme lo más libre posible de gestiones. Ésto para mi es importante. Me libera.

Tercero: Durante el proceso de investigación y escritura, vivo volcada en mi trabajo. Me encanta, así que no es un sacrificio, pero sí limita mucho la vida social (pareja, amigos...) Intento evitar que me suceda esto, por lo menos de forma exagerada, así que aviso a los más cercanos -ya acostumbrados-, y les digo que comienzo el proceso.

Por otro lado, me pongo un horario de trabajo que suelo respetar. No importa el que sea, lo importante es ser riguroso en el cumplimiento.

Cuarto: En la fase de investigación, no hay nada predecible. Hay mucho trabajo de despacho, pero también mucho fuera de él. Incluso, muchos viajes. Sin embargo, en el Paso 5 de la investigación -y en la Fase de escritura-, el despacho es el santuario, el laboratorio, el gabinete donde todo tiene que cobrar vida. Entonces, aún respetando el horario de trabajo, paso mucho tiempo ahí dentro. Para mí, ese Paso 5 es clave, porque es dónde suelo escoger y rechazar los documentos con los que voy a sustentar mi historia.

Durante el tiempo que dura ese Paso 5 -y Fase de escritura-, suelo comer en casa. Así que cuando empiezo, me preparo con antelación los menús e ingredientes que voy a realizar durante varias semanas, y visito el supermercado para tener lo esencial y que esa rutina no me distraiga, o peor aún, que la ansiedad del trabajo haga que asalte la nevera sin pensar. Le aseguro que en este Paso es importante alimentarse bien.

Quinto: Me impongo hacer algo de ejercicio. No importa cuál, pero hay que obligarse a practicar alguno. A veces opto por una tabla sencilla de media hora, y otras por caminar una hora, o bien ir a la piscina. Da igual, pero tantas horas sentada, es de obligado cumplimiento ejercitarse un poco.